viernes, 21 de octubre de 2016

VIVIR EN EL CENTRO DE MADRID

Plano de la Puerta del sol. Catastro de Madrid
Plano de la Puerta del sol. Catastro de Madrid

Cuando compramos una vivienda estamos acostumbrados a centrarnos en aspectos que son prioritarios para nosotros, pero olvidamos otros que pueden resultar trascendentales en el futuro y, sin embargo, no se consideran al tomar la decisión.

Para empezar habría que señalar que no es lo mismo comprar un inmueble edificado hace 30, 50, 100 o 200 años. Igual que no es lo mismo un coche de época, que un último modelo o un mueble de IKEA respecto al aparador heredado de nuestra bisabuela.

Las prioridades normales de un comprador de vivienda son: la superficie y distribución, la ubicación y el estado del inmueble. Es natural que en nuestra decisión de compra se valoren las necesidades satisfechas mediante la inversión; necesidades de confort en todos los sentidos. Sin embargo, se suele olvidar que cualquier bien que se adquiere nos obliga a un mantenimiento, que, primero, caso de descuidarse desvalorizará nuestra inversión y, segundo, nunca podrá ser igual el mantenimiento requerido en un inmueble hecho con tecnología moderna, que otro con la vida útil de 100 años más que superada.

SISTEMAS CONSTRUCTIVOS MÁS HABITUALES

En cualquier punto de la ciudad se puede encontrar cualquier tipo de edificación y de cualquier época, ya que puede tratarse de edificios nuevos en el centro o antiguos en la periferia. Sin embargo, lógicamente en el casco histórico se localizan los edificios más antiguos y a medida que nos desplazamos hacia los ensanches sucesivos, de principios o mediados del siglo XX, se encuentran otras tipologías modernas con materiales y sistemas constructivos de su época.
Monumento a Fernando VII en calle Toledo (La Fuentecilla)
Monumento de 1.815 a Fernando VII  en calle Toledo (La Fuentecilla)

La construcción tradicional de Madrid, dejando aparte grandes edificios representativos, hace uso del ladrillo, de madera y del adobe incluso. Entrando en la época industrial se comenzaría a reemplazar la estructura de madera con la de hierro roblonado, pero en edificación de calidad. Y más tarde, durante el siglo pasado, se generaliza el uso de hormigón y del acero, que también se emplea, pero algo menos. 

Mientras el hormigón se solía destinar prioritariamente a edificación residencial, el acero se identificaba más con construcción industrial o edificios singulares. Se construyeron torres de oficinas en zonas principales, compensando su mayor costo con la rapidez en ejecución.

Dentro de la cerca de Felipe IV, es decir, entre las calles, Alberto Aguilera, Sagasti, Génova, Paseo de la Castellana, las Rondas, Gran Vía de San Francisco y Bailén, el 80% de edificios es de antes del siglo XX.

Del censo de 2011 (se encuentra colgado en la página web del ayuntamiento) se extrae el dato de un total de 14.934 edificios desde el año 1.940 hacia atrás y 23.023 edificios anteriores al año 1.950 (8.089 edificios corresponden al periodo entre 1.941 y 1.950).

De todas las épocas de construcción de los edificios de Madrid las dos décadas de los 50 y 60 son, con diferencia, las de mayor actividad constructora, coincidiendo con el resurgir de España tras el duro periodo de posguerra. En los 60 la proporción es de 15.6 inmuebles por edificio de media, siendo 9.2 en la década anterior, de lo que se deduce que el tamaño de viviendas empieza a ser menor.

Por el tipo de parcela y por los medios y formas de construir, tienen poco que ver las tipologías edificatorias del siglo XX con las de siglos anteriores en zonas del centro urbano, que seguían la tipología popular.


 

Se denomina arquitectura popular a la que repite una tipología característica del lugar y la época a la que nos referimos, adaptada al trazado que surgió de edificaciones anteriores. Es un trazado irregular derivado de construcciones bajas y de arquitectura doméstica. Los edificios más antiguos ocupan una parcela estrecha repartida entre una o dos viviendas por plantas y en algunos casos con más de dos viviendas, siendo alguna interior, es decir, abierta a los patios que se dejaban dentro de la parcela para entrada de luz y aire.
Calle Sacramento de Madrid, dependencias municipales
Calle Sacramento de Madrid, dependencias municipales
 
Los frentes de las parcelas son de 5-10, 10-18, 10.5-15, 10.5-23 o 10-33 metros según tipologías de 1, 2 o más viviendas por planta o de edificio en esquina. El 28% del total corresponde a la tipología más frecuente de edificio con 2 viviendas por planta entre medianeras.
Los muros de estas viviendas anteriores a 1900 se acercan al metro de espesor y se construyen con materiales de deshecho o muy baja calidad en muchos casos.

La estructura de estas casas es de madera y materiales cerámicos, sustentando las cargas del edificio en un sistema de muros de carga macizos o con entramado de madera que se rellenan con ladrillo, mampostería, adobe o tapial para dar rigidez al conjunto.


Calle Sacramento de Madrid, dependencias municipales
Calle Sacramento de Madrid, dependencias municipales
Al ser buena parte de la estructura de madera, los incendios, la humedad e insectos xilófagos, como termitas y carcoma, han sido y son sus grandes enemigos. Los cambios a lo largo del tiempo en sus condiciones iniciales, tanto de uso, como del entorno, han dejado más expuestos sus elementos. Y a menudo se han deteriorado, careciendo del mantenimiento adecuado que hubiera minimizado los daños.

En realidad, la mayor parte de la edificación residencial que subsiste en el centro corresponde al siglo XIX, época de ascenso de la burguesía y en la que, tras las dos desamortizaciones, se abren grandes espacios que antes ocupaban los conventos y monasterios. Son escasos los ejemplos de edificios residenciales populares de los siglos anteriores que se mantienen. Los edificios más antiguos que han llegado a nuestros días eran los de mejor calidad, construidos con materiales mejores. Palacios, iglesias y conventos son la mayoría de edificios que nos llegan del XVI, XVII o siglos anteriores.
 
Los edificios más humildes seguían construyéndose, aún en el XIX con escombro, adobe o tapial y la madera para los forjados, escaleras y estructura lineal. En los de clases más adineradas se empleaba la piedra y el ladrillo para reforzar las partes más expuestas o críticas. Las cimentaciones eran zanjas corridas o pozos atados con arcos si el terreno era peor y los sótanos apenas existían.

 
Las cubiertas se hacen de madera y teja con aleros unas veces y petos otras y se aprovechaba el espacio abuhardillado para las viviendas más económicas.

Plano de la Puerta del sol. Catastro de Madrid
Plano de la Puerta del sol. Catastro de Madrid

Estos sistemas constructivos que nos han llegado en inmuebles actualmente en uso requieren unos cuidados muy diferentes a otros de hormigón y acero más modernos. Existe el riesgo de daños que quedaron ocultos durante mucho tiempo y en el momento de la reparación son extremadamente costosos, al tener que trabajar con sumo cuidado sobre lo existente.

En caso de duda sobre las condiciones del inmueble se puede consultar libremente el resultado de las Inspecciones Técnicas del Edificio, así como los datos que figuran en el Catastro.




     Datos de I.T.E.
  Resultado de la ITE :
  DESFAVORABLE  -  DEFICIENCIAS SUBSANADAS
  Causa/s ITE Desfavorable :
·                                   -  ESTADO GENERAL DE LA ESTRUCTURA Y LA CIMENTACIÓN
·                                   -  ESTADO GENERAL DE FACHADAS, EXTERIORES Y MEDIANERAS

 

Bibliografía

  • Rehabilitación ambiental con métodos tradicionales. Antonio Ceresuela Puche, ed. COAM 1985

  • Rehabilitación y seguridad. J. L. J. Pérez Martín, F. López, P. Úbeda y S. Fernández. Universidad de Educación a Distancia. Escuela de Edificación. 1989 
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